Comencé a buscar y a los pocos segundos lo encontré. No sabía bien que buscaba, o creía no saberlo, pero un muchacho que se encontraba entre un grupo de jovenes llamó mi atención.
Lo seguí unos minutos con mi mirada y con un zoom imaginario ví como su rostro contemplaba con gran emoción el kotel. Decidí que utilizaría sus ojos como si fuesen los mios y también que iba a compartir el interior de su mente.
Así fue como nos acercamos y besamos uno de los grandes ladrillos de piedra que conforman "El Muro de los Lamentos", y debo decir que no fuí yo quien decidió dejar caer esa lagrima, pero de inmediato una mía la acompañó en su aterrizaje en el suelo.
Sacamos de su bolsillo dos papeles, uno se encontraba escrito con algún mensaje que no alcancé a leer ya que rapidamente lo dobló en varios pedazos con su mano. El otro papel, al cual ni siquiera notó tenerlo, ya se encontrabá preparado de la misma manera. Buscamos un hueco en las hendiduras y los depositamos. Volvimos a besar el kotel en forma de despedida, soñando con que sea solo un hasta luego.
Nos fuimos alejando, regresando hacía el grupo. Llegando a la bandera lo abandoné y perdiendolo de vista volví a mi.
De nuevo mirando hacía el muro, el escalofrío continuaba en mi cuerpo y el llanto me empapaba. Continúe así un largo rato hasta ahora. Sigo con una sensación dentro mio muy especial y difícil de explicar.
No entiendo como sucedió, pero ahora comprendo que ese chico era yo mismo doce años atras. Recuerdo aquel mensaje que había en el primer papel, fueron pedidos y deseos que escribí en aquel momento.
Demasiada extraña es la historia, pero aún más lo es si les digo que el segundo papel lo escribí en el presente y simplemente decía "Gracias".
Gastón Bahar (Barchu)

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Escribí este cuento en un momento libre que tuvimos durante el viaje a Israel durante Enero de 2010, sentado mirando al kotel. Creo que de todos mis cuentos a la fecha, este es el más especial por el lugar donde lo escribí y porque además es el primero donde la ficción es mínima. Si bien todos los cuentos tienen algo de mí, este lo tiene todo.